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En el 7º día recorriendo Islandia, madrugamos para ver frailecillos, visitamos una iglesia instagramer, una pequeña cascada y acabamos en Stokknes, la playa más fotografiada.

Puerto de Borgarfjarðarhöfn

Borgarfjarðarhöfn es un pequeño puerto pesquero, hogar de una pequeña flota de barcos de pesca, que se dedican a la pesca del bacalao, el fletán y otros pescados y mariscos en las aguas cercanas. También hay una planta de procesamiento de pescado en el puerto, donde se procesan y envasan los productos del mar frescos.

Además de su importancia como centro pesquero, Borgarfjarðarhöfn es conocido por su hermoso paisaje costero. Los acantilados que rodean el puerto ofrecen impresionantes vistas al mar y a las montañas circundantes. También es posible ver una variedad de aves marinas, incluyendo frailecillos y alcas, que anidan en los acantilados. Es uno de los mejores puntos para ver frailecillos de forma gratuita sin tener que contratar ningún tipo de excurisón.

Hacer noche en el parking, nos permitió madrugar para poder ver a estas aves, ya que de 6 a 10 am es su hora de desayuno y se pueden ver portando múltiples pescados en el pico. A partir de las 10 se ocultan en sus madrigueras y además es cuando empieza a llegar la gente.

En Borgarfjörður Eystri hay varias pasarelas de madera y una caseta que facilitan moverse por el peñasco.

Borgarfjarðarhöfn
Borgarfjarðarhöfn

Los frailecillos

Los frailecillos son una especie de ave marina que se encuentra en Islandia y en otras partes del norte del Atlántico. Son conocidos por su distintivo pico multicolor y su habilidad para volar y nadar.

En Islandia, los frailecillos anidan en grandes colonias en los acantilados costeros. Son una de las aves más emblemáticas de Islandia, y a menudo se les llama el «pájaro nacional» del país. Los frailecillos llegan a Islandia en la primavera, generalmente en abril, y permanecen en la isla hasta agosto o septiembre.

Durante la temporada de apareamiento, los frailecillos cavan agujeros en los acantilados y depositan un solo huevo en el interior. Los polluelos eclosionan aproximadamente un mes después, y los padres alimentan a sus crías con pescado y otros alimentos marinos.

Los frailecillos son un destino turístico popular en Islandia, y los turistas pueden visitar las colonias de frailecillos en tours organizados que salen desde ciudades como Reykjavik, Akureyri y Húsavík. También es posible ver frailecillos en libertad desde la costa o desde barcos turísticos que navegan cerca de sus colonias.

Aquí 5 datos curiosos sobre estos pájaros:

  • Los frailecillos tienen una lengua especializada en capturar peces resbaladizos. Su lengua está cubierta de pequeñas espinas dirigidas hacia adentro que les ayudan a sujetar y sostener los peces.

  • Los frailecillos tienen un sentido del olfato muy débil y dependen en gran medida de su vista para encontrar comida y navegar.

  • Los frailecillos pueden sumergirse a profundidades de hasta 60 metros en busca de comida. Pueden permanecer bajo el agua por hasta un minuto.

  • Aunque son aves que vuelan, los frailecillos pueden ser bastante torpes en el aire y pueden tener dificultades para despegar y aterrizar en el agua. A menudo se les ve «corriendo» sobre la superficie del agua para tomar impulso antes de despegar.

  • Los frailecillos son monógamos y generalmente permanecen fieles a su pareja durante toda su vida. A menudo regresan al mismo lugar de anidamiento cada año, y a menudo al mismo compañero.

La iglesia instagramer

La iglesia de Seyðisfjörður es una iglesia luterana ubicada en la pequeña ciudad de Seyðisfjörður, en la costa este de Islandia. La iglesia fue construida en 1922 y es uno de los edificios más distintivos y reconocidos en la región.

La iglesia de Seyðisfjörður es un ejemplo del estilo arquitectónico noruego, que fue popular en Islandia durante el siglo XIX. El edificio tiene un techo empinado y una torre con una aguja alta y delgada, lo que lo convierte en una vista impresionante desde el puerto de la ciudad.

En el interior, la iglesia cuenta con una decoración sencilla y elegante, con paredes blancas y ventanas de vidrieras de colores que proporcionan una hermosa iluminación natural. El órgano de la iglesia es uno de los más grandes de Islandia y ha sido objeto de numerosas actuaciones de música clásica.

La iglesia de Seyðisfjörður es un lugar popular para bodas y bautizos, y también acoge una variedad de eventos culturales, como conciertos de música y exposiciones de arte. Además, la iglesia es un lugar popular para los turistas que visitan la región, ya que ofrece impresionantes vistas panorámicas del puerto y las montañas circundantes.

En el exterior, el suelo está pintado con varios colores y junto al color azulado de la fachada, hace que esta iglesia sea famosa entre los instagramers.

Gufufoss​

Gufufoss es una impresionante cascada situada en el sur de Islandia, cerca del pueblo de Hella. También se la conoce como Gjáin, ya que se encuentra en una pequeña garganta en el valle del río Þjórsá. La cascada tiene una altura de unos 20 metros y su agua cae en una poza rodeada de acantilados cubiertos de vegetación.

A pesar de su belleza, la cascada no es muy conocida, lo que la hace una visita tranquila y relajante lejos de las multitudes. Dado que nos cogía de camino, hicimos una parada para verla.

Para llegar a Gufufoss, los visitantes deben caminar unos 15 minutos desde el estacionamiento, a través de un sendero que atraviesa un pequeño bosque y una zona rocosa. Una vez allí, se puede apreciar la cascada desde varios puntos de vista, incluyendo una plataforma de observación situada en la parte superior.

Pusimos rumbo a Stokknes y paramos por el camino en una cervecería llamada Beljandi Brewery, donde pudimos disfrutar de 3 variedades islandesas.

Cascada de Gufufoss

Stokksnes y su arena negra

Stokksnes es conocida por sus impresionantes paisajes naturales, que incluyen una gran extensión de arena negra y las espectaculares montañas Vestrahorn que se elevan en el fondo.

La playa de arena negra de Stokksnes es uno de los lugares más fotografiados de Islandia debido a su belleza natural. La playa tiene una longitud de 5 kilómetros y ofrece vistas espectaculares de las montañas Vestrahorn. Las formaciones rocosas que emergen del mar y la impresionante cascada de arena blanca en el extremo norte de la playa añaden un toque extra de dramatismo a la escena.

En la península de Stokksnes también se encuentra una fortificación de la Segunda Guerra Mundial llamada «Búdir», que ahora es un museo. La fortificación fue construida por las tropas alemanas durante la ocupación de Islandia y se utilizó como base para la artillería costera.

Stokksnes era uno de los lugares que más ganas tenía de visitar y fotografiar. Por desgracia nos toco una fuerte ventisca y mucha lluvia. Aún así nos animamos a ir y pudimos caminar por su arena negra y sacar alguna foto.

Tras esta última visita, nos dirigimos al camping de Skaftafell, sin duda el mejor en el que estuvimos y además desde él parten muchas excursiones, como la visita al glaciar que hicimos al día siguiente.

Stokksnes
Stokksnes