Hoy os quiero contar sobre nuestra llegada en ferry a Marruecos y nuestra visita a la ciudad de Tetuan. Después de planificar durante semanas nuestro viaje a Marruecos, finalmente llegó el día de partir desde Algeciras en ferry. Aunque teníamos un itinerario planeado, un pequeño problema con el ferry nos hizo cambiar nuestros planes y llegar a Tánger Med en lugar del puerto de Tánger. A pesar de esto, decidimos seguir adelante con nuestros planes y visitar Tetuan, una hermosa ciudad ubicada a una hora en coche desde el puerto. Sigue leyendo para conocer más detalles sobre nuestra experiencia en Tetuan y nuestros consejos para visitar esta increíble ciudad marroquí.
La historia de Marruecos es larga y compleja, pero en resumen, el país ha sido habitado por diversas tribus y culturas, desde los bereberes hasta los romanos y los árabes. En el siglo VII, el Islam llegó a Marruecos y se convirtió en una parte integral de la cultura. Durante la Edad Media, Marruecos fue gobernado por varias dinastías, incluyendo la dinastía almohade y la dinastía saadí. En el siglo XX, Marruecos se convirtió en un protectorado francés y español, pero logró su independencia en 1956. Desde entonces, Marruecos ha experimentado muchos cambios políticos y sociales, incluyendo la lucha por los derechos civiles y la modernización del país. Actualmente, Marruecos es una monarquía constitucional con una economía en desarrollo y una rica cultura y patrimonio.
Después de despertarnos a las 6 de la mañana en el hotel, pusimos rumbo al puerto para embarcar en el ferry de la compañía Transmediterránea. Tras pasar los controles sin ningún problema, ya estábamos a bordo del barco. El premio de madrugar tanto es poder disfrutar del amanecer, y desde la cubierta las vistas eran maravillosas.
Tuvimos que esperar a que un policía subiera al barco para sellar los pasaportes, lo que hizo que el ferry se retrasara casi una hora. Es importante estar atentos a la llegada del policía, ya que si se va y no te ha sellado el pasaporte, puedes tener problemas.
Nuestro plan original era llegar en ferry al puerto de Tánger y pasar un par de horas visitando la Medina y comiendo en algún restaurante de la zona. Sin embargo, hubo un pequeño problema: el ferry no nos dejó en el lugar donde pensábamos. En cambio, nos dejó en el puerto de Tánger Med, que estaba a una hora en coche de Tánger. Como nuestro siguiente destino era Tetuán, que estaba a una hora en la dirección opuesta, decidimos que lo mejor sería no visitar Tánger. Además, como Tetuán estaba cerca de Málaga, podríamos ir algún fin de semana en el futuro.
Cuando llegamos a Tánger Med y pasamos un par de controles, finalmente nos sentimos libres. Después de salir de la aduana y sacar dinero de un cajero automático en el puerto, alquilamos un «Grand Taxi» que nos llevó desde el puerto hasta Tetuán por un costo de 300 dirhams. Nos enseñaron un documento con los precios, así que creemos que no nos engañaron. Después de un trayecto de una hora recorriendo varios pueblos, llegamos a Tetuán.
Después de bajarnos del taxi en la entrada de la Medina, comenzamos a caminar. Según Google Maps, debíamos andar unos 15 minutos. Como estábamos viajando en temporada baja, no había turistas y llamábamos mucho la atención con nuestras grandes mochilas en plena medina. Nuestro riad estaba un poco escondido, pero un hombre local nos ayudó a encontrarlo con la condición de que fuéramos más tarde a echar un vistazo a su tienda. Finalmente llegamos al Riad «Hotel Riad Dalia Tetouan«, que nos pareció que tenía un precio increíble. Reservamos una habitación sencilla para dos personas durante una noche por 23 € en Booking.com. La reserva incluía un fantástico desayuno con productos de la zona. El riad también tenía una terraza muy bonita desde donde pudimos disfrutar de la puesta de sol. Lo peor fueron los baños, ya que solo había dos y aunque estaban limpios, la ducha era muy incómoda y no teníamos ganas de usarla. Pero en general, todo estuvo genial por el precio que pagamos.
La medina de Tetuán es una de las medinas más bien conservadas en el norte de África y es conocida por su arquitectura y cultura andaluza.
La medina de Tetuán fue fundada en el siglo XV por musulmanes que fueron expulsados de España durante la Reconquista. Como resultado, la arquitectura de la medina es una mezcla de estilos andaluces y marroquíes, con calles estrechas y plazas sombreadas por árboles y jardines. Los edificios están pintados en colores suaves, como el blanco y el crema, y a menudo están decorados con detalles geométricos y florales.
La medina de Tetuán es un lugar popular para explorar, con muchos mercados y tiendas que venden artesanías y productos locales, como alfombras, cerámica, especias y ropa. También es famosa por su comida, que incluye platos como el tagine de cordero y el cuscús, y por su té de menta dulce.
Lo que más nos llamó la atención es la falta de higiene en las calles. Se puede ver comerciantes vendiendo pescado de dudosa calidad apoyados en una tela en el suelo mientras varios gatos pisaban alrededor. Tuvimos la sensación de estar en la edad media. Dado que fuimos en enero, a penas nos encontramos con turistas en la calle.
El Palacio Real de Tetuán, también conocido como Palacio de Dar-al-Makhzen, fue construida en el siglo XVII y sirvió como residencia de los sultanes alauitas hasta la llegada del protectorado español en 1912.
El palacio es un ejemplo impresionante de la arquitectura andaluza y marroquí, con una mezcla de estilos y técnicas que incluyen zócalos de azulejos, estucos tallados, techos de madera y mármol de Carrara importado de Italia. Además de su belleza arquitectónica, el Palacio Real de Tetuán es famoso por su colección de arte y objetos históricos.
El palacio se compone de varios edificios y patios interconectados, incluyendo la Sala del Trono, la Sala de los Embajadores, la Sala de los Reyes y la Sala de la Oración. La Sala del Trono es una de las salas más impresionantes del palacio, con un techo de madera tallado y decorado con láminas de oro, y paredes cubiertas con zócalos de azulejos y estucos. La Sala de los Embajadores es otro espacio impresionante, con un gran arco que da al patio principal y un techo abovedado decorado con estucos y láminas de oro.
En la actualidad, el Palacio Real de Tetuán está abierto al público para visitas guiadas, que permiten a los visitantes ver las impresionantes salas y colecciones de arte del palacio. También se pueden ver jardines y patios interiores, algunos de los cuales cuentan con fuentes y jardines en miniatura. Nosotros no lo vimos por dentro, pero por fuera es bastante llamativo y bonito.
La curtidería de Tetuán es uno de los lugares más conocidos y visitados de la ciudad. Se encuentra en el corazón de la medina de Tetuán, donde los curtidores trabajan en grandes cuencas llenas de tintes naturales y agua. Allí se pueden ver pieles de diferentes tipos y colores, siendo algunas de las más populares las pieles de cordero, de camello y de cabra.
Aunque puede haber un fuerte olor a productos químicos y cuero, la visita a la curtidería es una experiencia auténtica y fascinante que muestra cómo se hace uno de los productos más emblemáticos de Marruecos.
Es importante tener en cuenta que, como en cualquier lugar turístico, puede haber vendedores ambulantes o personas tratando de cobrar por una visita que debería ser gratuita.
En Tetúan ha sido el primer sitio donde han intentado timarnos. Un hombre nos paró por la calle y de forma muy amable y dejando claro que no quería timarnos ni vendernos nada, nos dijo que justo a esa hora había un mercado que solo habría una vez a la semana. Nosotros, al ver que era tan educado y simpático, decidimos seguirle dejando claro en todo momento que no ibamos a comprar nada. Aún así, nos hizo un pequeño tour que pasó por varias tiendas dónde intentaron vendernos cosas. Fieles a lo que le habíamos dicho, no gastamos ni un dirhan y, para nuestra sorpresa, no le pareció mal y al final nos acompañó al restaurante dónde queríamos comer. No obstante, durante el resto del viaje, no hablamos con nadie que nos parase por la calle, ya que siempre van a intentar timarte y en ocasiones, pueden ponerse agresivos si no les compras nada. Únicamente cometimos el mismo error en el desierto, pero eso ya lo contaremos dentro de unos días.
En Tetuán, disfrutamos de la comida en El Reducto y en La esquina del pescado.
El Restaurante El Reducto es un lugar emblemático en Tetuán que se encuentra en una antigua fortaleza española del siglo XVIII. Este restaurante ofrece una experiencia gastronómica única con platos marroquíes e internacionales.
Precio PP: 13.5€
La Esquina del Pescado es un restaurante especializado en pescados y mariscos frescos. Está ubicado en la Plaza Moulay El Mehdi, en el corazón de la ciudad vieja. Este lugar es muy popular entre los locales y los turistas debido a la calidad de la comida y los precios razonables. Los platos más populares son la sopa de pescado, la parrillada de mariscos y el tajín de pescado.
Precio PP: 9.2€
En nuestro Riad estaba incluido un desayuno muy completo. Fue nuestro primer contacto con los dulces marroquíes y con el famoso té.
Para ir a Chefchaouen, decidimos hacerlo en autobús. Tras conseguir un taxi que nos acercase a la estación, una oleada de personas se acercaron a nosotros ofreciendonos ir en un «Grand Taxi», un medio de transporte típico que sale bastante más caro que en autobús. Conseguimos hablar con un hombre que estaba en una oficina de información y nos dijo cual de todas las compañías tenía disponible el próximo autobús a Chaouen. Así fue como logramos montar en autobús, cuyo trayecto duraría aproximadamente 1 hora.